En la actividad usual de PRIAL México nos reunimos frecuentemente con empresarios y visitamos diversas empresas. Y durante los últimos meses se han intensificado los comentarios en las empresas respecto de este fenómeno reciente de los coaches. Específicamente los coaches empresariales.
El Coaching empresarial deriva del coaching en los deportes. Es decir, es un proceso de entrenamiento y acompañamiento psicológico para lograr obtener los mejores resultados de un atleta.
Y esta mecánica ha sido permeada al mundo empresarial, sobre todo por franquicias mundiales de coaching que venden fórmulas de crecimiento para los negocios. Básicamente para negocios pequeños y medianos.
Estas franquicias de coaching venden a profesionistas de diferentes áreas un kit y certificación para convertirse en coaches empresariales. Lo cual está llevando a la masificación de sus servicios. Y al no estar regulados, la calidad de dichos servicios, en muchos casos, deja mucho que desear.
Varias de las empresas que hemos consultado han trabajado hasta con tres coaches. Y sus comentarios son mixtos. No han logrado mucho. A veces nada. Muy pocas han logrado algo en concreto.
Los mismos profesionales del coaching reconocen que no hay normatividad ni regulación. Prácticamente cualquiera, hoy en día, puede y se dedica a dar servicios de coaching. Coaching empresarial.
No hay fronteras claras del alcance de sus servicios, básicamente dedicándose a las áreas de ventas y formación de equipos. A veces a la mejora administrativa superficial. Mucho a la motivación personal.
Sin embargo, varios coaches entran en conflicto al no calcular que las empresas son más complejas de lo que estimaban. Y a veces las formulas del kit no alcanzan.
En PRIAL México realizamos la actividad de reestructuración de empresas, y al contactarnos, las personas confunden esta reestructuración de empresas con el coaching empresarial. Y es normal, el término de coaching, ya a estas alturas, es tan popular que incluso asesores de varias disciplinas ya se identifican como coaches porque el mercado ya acepto el término. Coach de ventas, coach directivo, coach ejecutivo, coach organizacional, coach transformacional, coach educativo etc.
Y sin embargo, la reestructuración de empresas es un proceso marcadamente diferente. Y no vinculado al coaching empresarial u organizacional.
El proceso de reestructuración de empresas es formal y entiende la complejidad de las empresas y los aspectos que se deben modificar o ajustar para lograr determinados objetivos.
Los objetivos para emprender una reestructuración empresarial pueden ser:
- El crecimiento
- La expansión
- La formalización y autonomía de la estructura empresarial
- La corporativización
- La franquiciación
- La adquisición o venta de una empresa
- La captación de inversión pública o privada
- El rescate financiero
- Y otros
Los aspectos que se evalúan, modifican y ajustan en la reestructuración empresarial son los siguientes:
- Mercado
- Producto/ servicio
- Organización
- Finanzas
- Legal fiscal
- Legal corporativo
- Legal laboral
- TIC
Dichos aspectos y áreas son las que componen un sistema empresarial y por tanto al modificar una sin considerar las otras provocaría un desajuste en el corto, mediano o largo plazo.
Para dicha labor de reestructuración se debe contar con conocimiento y experiencia en dichos aspectos o áreas. Contar con conocimiento multidisciplinario y con equipos de trabajo de profesionales con experiencia y conocimiento en materia contable, financiera, legal, administrativa, de mercados e ingenierías, entre otros.
De aquí que el proceso de coaching no prospere o cumpla lo que promete ya que el crecimiento o la autonomía de una empresa o negocio no solo versa en vender más y tratar de mejorar en lo superficial equipos de trabajo y proceso administrativos. O la motivación. No, los negocios y empresas son más complejos que eso.
Para pasar de ser una empresa micro o pequeña a una empresa grande, corporativa, autónoma, en crecimiento y expansión, el coaching no es una opción sería ni viable.