La reestructuración empresarial es un proceso mediante el cual una empresa realiza cambios significativos en su estructura organizativa, estratégica o financiera, con el objetivo de mejorar su eficiencia y rentabilidad, o para adaptarse a los cambios del mercado y mantener su competitividad .
Este proceso puede tener un impacto positivo o negativo en los empleados, dependiendo de cómo se gestione y de las medidas que se adopten. Algunos de los efectos que puede tener la reestructuración empresarial en los trabajadores son los siguientes:
- Cambios en las funciones, responsabilidades y roles. La reestructuración puede implicar una redistribución de las tareas, una modificación de los puestos de trabajo o una redefinición de los perfiles profesionales. Esto puede suponer una oportunidad de aprendizaje, desarrollo y crecimiento para los empleados, o por el contrario, una pérdida de motivación, satisfacción y compromiso.
- Cambios en las condiciones laborales. La reestructuración puede conllevar una variación de las condiciones contractuales, salariales o de jornada de los empleados. Estos cambios pueden ser favorables o desfavorables para los trabajadores, según el caso. Por ejemplo, una reducción de salario puede afectar negativamente al nivel de vida y al bienestar de los empleados, mientras que una flexibilización de la jornada puede mejorar la conciliación laboral y personal.
- Cambios en el clima laboral. La reestructuración puede generar un ambiente de incertidumbre, estrés, ansiedad o miedo entre los empleados, especialmente si se produce una reducción de plantilla o un traslado de sede. Estas emociones pueden afectar al rendimiento, a la salud y a las relaciones laborales de los trabajadores. Por otro lado, la reestructuración también puede generar un clima de confianza, ilusión o esperanza entre los empleados, si se les involucra en el proceso, se les comunica con transparencia y se les ofrece apoyo y reconocimiento.
Como se puede observar, la reestructuración empresarial tiene un impacto directo e indirecto en los empleados, que puede ser positivo o negativo según el caso. Por ello, es importante que las empresas planifiquen y gestionen adecuadamente este proceso, teniendo en cuenta las necesidades, expectativas y opiniones de sus trabajadores, así como ofreciéndoles información, formación y acompañamiento durante el mismo.
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