Una de tantas definiciones nos dice que el valor es el nivel de importancia que tienen las cosas.
Y en consecuencia la pregunta sería ¿qué, quién determina lo importante?
La respuesta es: cada persona determina lo que es importante para ella.
Esa determinación la realiza cada persona de acuerdo a varios factores como son: ambiente familiar, religión, estado civil, alimentación, clima, geografía, entorno cultural general, etc.
Todos los anteriores factores y otros, al final del día generan en las personas una visión o percepción del mundo. Es decir, cada persona en su mente, derivado de los factores anteriormente mencionados, percibe el valor de todas y cada una de las cosas que lo rodean.
Y entonces, podemos decir que el valor o la importancia de las cosas se crea en la mente de las personas.
“El valor es una percepción”.
Ahora bien, en el mundo de los negocios, la percepción del valor de algo se manifiesta en la cantidad económica que la gente está dispuesta a pagar, y paga, por algo: el precio.
Luego entonces se aclara el tema. Si el valor de algo es una percepción que se crea en la mente, y de acuerdo a esa percepción, la gente está dispuesta a pagar un precio determinado, lo que tenemos que hacer como emprendedores, empresarios o comerciantes para incrementar el precio de algo es realizar las tareas necesarias para que el cliente, la persona, perciba aquello como de mayor valor.
De las tareas para crear o incrementar el valor hablaremos en la siguiente ocasión.