Ya es la tercera vez que escribo algo respecto de fraudes financieros. La primera vez fue por el tema de SITMA, una inversión simulada en bienes raíces que resultó en un esquema Ponzi. La segunda, inversión en franquicias ficticias. Hoy otra vez me toca hablar de otro fraude financiero en progreso.
A principios de año recibí una invitación para asistir a una plática de inversiones en Bitcoin. Y bueno, una vez más el mismo esquema.
- Promesa de altos rendimientos a corto plazo
- Beneficios financieros que no tienen una explicación u origen lógico
- Dirigido a un público con poco conocimiento financiero
- Se dan beneficios mayores a quienes inviten o integren más personas al “negocio”
- La empresa no se encuentra registrada y regulada por alguna entidad gubernamental (Comisión Nacional Bancaria y de Valores u otro)
- No ha sido sujeta a auditorias o due diligence correspondientes.
La novedad es que ahora es una plataforma en internet. Es decir, ahora no hay, literalmente, a quien reclamar.
Este esquema de inversiones en línea en Bitcoin no solo está ocurriendo en México. Está ocurriendo en todo el mundo. Y llegó a nuestro país con una promoción agresiva.
Ya comprar Bitcoin o monedas virtuales por el valor, básicamente derivado de la especulación sobre las mismas, es un riesgo que hay que considerar. Son muy volátiles. A eso se suma que estas empresas o plataformas en línea te ofrecen comprar monedas virtuales por ti. Dichas plataformas invertirán tu dinero en la adquisición de diversas monedas virtuales, entre ellas Bitcoin, para lo cual tú les depositas o adquieres una membresía en moneda nacional.
Eso evidentemente crea un riesgo bastante alto ya que dichas plataformas no cuentan con ninguna regulación en México. Por lo tanto, no hay garantía de recuperar las cantidades invertidas. Y ya ni hablar de las ganancias.
La gente llega a confiar en estas plataformas debido a que llegan a pagar algunas cantidades como supuestos rendimientos y te presentan estado de cuenta de una supuesta inversión. Sin embargo, todo es un esquema Ponzi, una vez más.
Quien invierte hoy en dichas plataformas debe entender que lo hace bajo su propio riesgo.
Y esto lo digo en el marco de la reciente aprobación por la cámara de diputados de la Ley Fintech.
El 1º de marzo del presente los diputados aprobaron la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, mejor conocida como Ley Fintech.
Esta Ley regula entre, otras cosas, el uso de activos virtuales, como las criptomonedas, previa autorización del Banco de México (Banxico).
Y esta Ley no reconoce en México a las monedas virtuales como tales, como monedas, y les concede solamente el adjetivo de “medio de pago”. Es decir, para la legislación mexicana, no son moneda ni son inversión. Por lo tanto no cuentan con ninguna garantía al respecto.
Para mayor claridad, parte del artículo 34 de la Ley Fintech obliga a emisores y operarios de activos virtuales, llámese monedas electrónicas como el Bitcoin, a declarar y aclarar a sus clientes los siguientes puntos:
- El activo virtual no es moneda de curso legal y no está respaldado por el Gobierno Federal, ni por el Banco de México;
- La imposibilidad de revertir las operaciones una vez ejecutadas, en su caso;
- La volatilidad del valor del activo virtual, y
- Los riesgos tecnológicos, cibernéticos y de fraude inherentes a los activos virtuales.
Entonces, quien utilice o pretenda utilizar las monedas virtuales como moneda de curso legal estará violando la legislación vigente y, por otro lado, como inversión no cuenta con protección alguna o garantías de las autoridades financieras de este país.
A partir de aquí que cada quien asuma su riesgo.
Mucho ojo con esas empresas y plataformas de inversiones en monedas electrónicas con rendimientos espectaculares, ya que hoy existe una legislación que tardará en su completa implementación hasta a dos años — si bien nos va — por lo que es muy probable que sean un fraude.