En México solemos pensar que el gobierno federal presiona y persigue a los contribuyentes con estrategias de terrorismo fiscal, auditorías y requerimientos, todo con la firme intención de colectar más impuestos.
La verdad, es que eso es una tendencia global internacional, coordinada por la OCDE, entre otros organismos internacionales, para perseguir y tasar a los ingresos de todos los contribuyentes de cada país. La razón es simple: los gobiernos necesitan más dinero para seguir operando en un entorno económico mundial de alta incertidumbre y volatilidad.
Aquello aterrizado a la operación diaria de nuestras empresas quiere decir que los gobiernos de varios países pueden y van a disponer de nuestra información con la intención de rastrear operaciones en las que se evaden impuestos o se cometen delitos relacionados al lavado de dinero.
Esto invita a los asesores fiscales, abogados y contadores, a replantear los objetivos de sus servicios.
Antaño, el uso y costumbre era ayudar al empresario a no pagar impuestos simple y llanamente porque este no quería pagarlos.
Ya no hacen falta contadores que carguen y abonen o abogados solo demanden. Hacen falta asesores empresariales.