Hoy estamos viviendo un proceso de cambio tecnológico que está impactando, ya en este momento, en varios aspectos de nuestras vidas.
El internet masivo, la gran cantidad de aplicaciones, los nuevos dispositivos móviles, la impresora 3D, el término de la era del petróleo, etc.
Todo esto también tiene impacto en las empresas y negocios.
Un ejemplo de esto es la parte impositiva de los negocios. Hace solo algunos años nosotros declarábamos a Hacienda lo que queríamos y Hacienda, si podía, tenía que comprobar vía auditoría que lo declarábamos fuera real.
A partir de este año, Hacienda ya nos envía el cálculo de impuestos que nos corresponden de acuerdo a nuestras facturas (CFDI) de ingresos, de egresos y movimientos bancarios. Y ahora nosotros tenemos que comprobarle si lo que calculó es justo y real.
Otros cambios en el mundo de los negocios son la aceptación de firmas electrónicas y los contratos inteligentes (Smart Contracts), que son documentos con mecanismos electrónicos que los hacen vigentes en el momento indicado, sustituyendo a los clausulados tradicionales.
Esos cambios nos obligan a todos, incluso en las empresas y negocios, a dejar de pensar de una forma lenta y segmentada, por usos y costumbres, y pasar a pensar de forma sistémica acelerada.
Es decir, dejar de pensar por ejemplo que la contabilidad es para efectos fiscales solamente y que la operación real de la empresa está separada del mundo contable. Hoy esto es falso dado que contamos con los elementos tecnológicos para integrar todas las operaciones de la empresa en un solo sistema de información que nos arroje indicadores valiosos para la toma de decisiones. De forma rápida.
Hoy como empresarios y hombres de negocios, disponemos de impresionantes herramientas de información y control, de las cuales no podremos sacar provecho si continuamos pensando bajo el modelo de usos y costumbres, muy arraigado en nuestra región.
Los negocios no son solo comprar, almacenar y vender. Si continuamos con esta visión, en breve estaremos fuera del mapa.
El mundo de los especialistas y los grandes comités de especialistas va llegando a su fin. Toda la información de cualquier campo del conocimiento humano está disponible para quien la quiera y sepa utilizar para su provecho.
Hoy una empresa y un empresario ignorante solamente están esperando a que alguien los saque del juego. Les otorgue una muerte rápida en el mejor de los casos.
Porque no importar la cantidad de dinero que se tenga o lo que el gobierno le otorgue y subsidie.
Sin conocimiento e información en tiempo real, es como un ciego con un Ferrari. Solo es cuestión de tiempo para la fatalidad.
Los usos y costumbres ya no son útiles. Aquellos que trabajan con ellos permanecerán en mercados de bajo valor agregado, lo cual los llevará a absorber mayores pérdidas cada vez y los hará desaparecer a la brevedad.
Recordemos que el dinero es libertad de acción, pero el conocimiento es poder.
Si seguimos pensando que el trabajo duro es bueno… vamos mal.