Hace ya más de dos décadas que leí un documento del gobierno chino que me sorprendió desde el título: Política de quiebra sistemática de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MPYME).
Su estrategia era muy simple. Eliminar a las pequeñas y medianas empresas que no estuvieran alineadas al plan de desarrollo chino en diversas regiones y apoyar la creación de empresas grandes en el ramo de la tecnología, química, etc.
Sin embargo, en México, desde aquella época, se ha incrementado el apoyo a las llamadas empresas Micro, Pequeñas y Medianas, lo que ha dado como resultado al día de hoy la existencia de una gran cantidad de empresitas o negocitos y, por el otro lado, una alta concentración de fuerza y recursos económicos en unos pocos poderosos grupos empresariales.
A principios de este siglo, la economía mexicana era la novena del mundo. Y pareciera que a partir de esa política de apoyar a la creación de empresitas lo que ha pasado es que la economía mexicana ha perdido tamaño y el crecimiento es aprovechado mayormente por estos pocos grupos empresariales que crecen y crecen. La mafia del poder, diría AMLO.
El problema es que nuestras MPYMES cada vez son más, y simple y llanamente no crecen.
Tenemos demasiadas micro, pequeñas y medianas empresas y pocas grandes empresas para el tamaño y potencial de economía que tenemos. Son demasiados PEPES y TOÑOS.
México requiere más empresas grandes y más grupos empresariales que aprovechen al máximo las bondades y ventajas del mercado.
Es importante decirlo. Las empresas son los que generan el empleo y distribuyen la riqueza que se genera. No es el gobierno.
Esta ha sido la filosofía y el espíritu que me conduce a mí personalmente y a PRIAL México: participar con empresas con potencial para crear grandes empresas que sean sistemas generadores de alta rentabilidad, riqueza y valor de mercado.
Ya solo requerimos más socios, empresarios con ambición, que crean que una empresa, cuanto más grande, mejor… para todos.