La globalización comercial y de comunicaciones en que hemos estado viviendo, por lo menos las dos más recientes décadas con intensidad, ha estado cambiando también la forma de hacer negocios en nuestro país. Lento pero lo hace.
EL cambio se denota en la forma de vender, la forma de administrar, los modelos de negocios, etc. La parte de la configuración corporativa y legal de las empresas no es la excepción.
A partir del escándalo de los famosos “Panama papers” empezamos a escuchar con frecuencia la expresión “inversiones offshore” y, también, frecuentemente ligada a la evasión de impuestos. A partir de ahí, ha ido incrementando el interés de la comunidad empresarial en este tipo de operaciones. Y es mi interés explicar un poco a detalle lo que son las empresas/ inversiones offshore, cómo funcionan y para qué sirven.
Una inversión offshore es una cantidad de recursos económicos, activos, que se envían a un país o estado con baja imposición, quiero decir que cobran muy pocos impuestos o nada, también conocidos como paraísos fiscales. Dentro de estos podemos incluir a Panamá, Islas Caimán, Costa Rica, Bermudas, Belice y Mónaco, entre muchos otros.
Esta inversión offshore regularmente se realiza a través de la constitución de empresas en dichos paraísos fiscales y apertura de cuentas en dichos paraísos. Estos países cuentan con una legislación que brinda sólidos secreto bancario y velo corporativo a los socios extranjeros de estas empresas.
Estas empresas no realizan ninguna actividad económica en dichos paraísos. Regularmente se contrata a despachos u oficinas en estos países dedicadas a proveer servicios secretariales y de representación legal. Todo a cambio de unos módicos honorarios. Es decir, muchas de las veces no es necesario tener personal propio en estas empresas en dichos países.
De hecho, es común que en estos paraísos fiscales se cuente con despachos que ya cuentan con sociedades/personas morales preconstituidas y listas para la venta a aquellos extranjeros que requieran una empresa offshore a la brevedad. Dichas sociedades se les conoce como shelf companies. Y ya están listas para facturar, abrir cuentas bancarias, recibir otros activos, etc. Solo esperan a que alguien las adquiera y active.
Bien. Pero para qué se utilizan dichas empresas offshore en sus diferentes modalidades. Bueno se utilizan básicamente para esconder y proteger activos, llámese dinero, bienes inmuebles u otros activos, de diversos interesados como el gobierno, socios, trabajadores, esposos, familiares y otros que puedan representar un riesgo en términos de poder reclamar los bienes mencionados. Los riesgos pueden derivar, entre otros, del pago de impuestos, relaciones societarias, divorcio, reclamos laborales, etc.
Utilizar estas empresas offshore no es un delito y tener recursos económicos en paraísos fiscales tampoco lo es.
El delito se puede configurar en el origen de los recursos que se protegen en estas empresas offshore.
De modo que para ir offshore es importante considerar todos los factores de una buena estrategia fiscal, corporativa y patrimonial sólida. No vaya a salir el tiro por la culata.